Quisiera ser grande

La realidad de Independiente ya no es triste, es chica. Es que juega como un equipo chico. ¿Por qué?: Hace mucho tiempo que no termina un campeonato entre los primeros tres puestos y ya está acostumbrado a salir de la mitad de la tabla para abajo. No gana clasicos y si empieza perdiendo no sabe, ni puede, dar vuelta el resultado. Los equipos de menos talante se le plantan de igual a igual y ni siquiera de local puede imponer supremacía.
Para este torneo armó un equipo "ofensivo" y es el equipo menos goleador del torneo, hace 5 fechas que no gana y si sumamos los últimos 25 partidos ganó solo 7. A pesar de no tener tantas derrotas, perdió puntos en los últimos minutos de juego por su tendencia a defenderse con el arquero en lugar de con la pelota.
Los últimos presidentes no pudieron hacer que el equipo jugara dos ediciones seguidas de la Copa Libertadores ni hablar de la Sudamericana. Sobre todo en la gestion Comparada, donde se encontró con mas recursos (tanto económicos como futbolísticos) este deficit es aun mas notorio y preocupante.
Lo que es peor, ya no tiene jugadores que jueguen por amor a la camiseta. Los chicos que entran lo hacen más preocupados por mostrarce para poder ser tranferidos a Europa y ganar en euros, que de obtener la gloria en el club. Los que vienen, lo hacen para jugar simplemente, sin involucrar ningún tipo de compromiso con la institución.
Esto no es culpa solo de los "players". Desde la cúpula, pasando por cada DT que dirigió al equipo, nunca se inculcó el trabajo a largo plazo, la paciencia y sobre todo el juego que caracterizó a la entidad de Avellaneda.
Tendrá que pensarse en grande para poder salir, como muchos equipos chicos (Arsenal, Banfield, Argentinos, Lanús), la programación de un equipo a largo plazo, el trabajo serio y responsable, dará los frutos con el correr de los campeonatos. No tiene que querer salir campeón dentro de 6 meses, sí de armar un equipo que juege como la historia lo indica, y que luego comienze, paso a paso a cumplir objetivos. Será grande entonces y dejará de penar y pensar en las tablas de abajo. Recordando siempre, que grande no se nace... se hace.