Una carta...

En un curso de redacción que hice, nos proponían corregir una carta de un lector del diario La Nación. La versión original contaba con muchos errores y era tediosa para su lectura. Aquí les escribo la carta que corregimos, más que nada para que conozcan un poco a la gente que convive con nosotros.

Señor Director:

Mi hijo es discapacitado. El motivo de la carta es comentar un hecho lamentable que le sucedió en un viaje desde Gesell a Buenos Aires el día 5 de septiembre, en un servicio del Rápido Argentino.
Por su incapacidad motriz, la ley establece que él debe viajar gratis.
Llegado el momento del snack, Juan fue víctima de una discriminación cuando el acompañante del chofer, después de repartir alfajores a todos los pasajeros, se los quitó diciéndole que no le correspondían por viajar con pasaje gratuito.
Lo importante no es ni el alfajor ni la actitud despectiva e insensible de este hombre, sino el dolor y la tristeza que le ocacionó a Juan. Es lamentable pensar en la actitud de esta persona, ya que afecta al excelente servicio y sobre todo a la honorable política de la empresa.
Señor Director, el valor de un alfajor: ¿subvenciona el costo del combustible? ¿o es justificativo para una mayor rentabilidad comercial?

R.O.C.
La Nación, domingo 10/09/06