Maradona y Pekerman se equivocaron

Los dos principales problemas de la eliminación Argentina contra Alemania en el mundial se debió a la falta de laterales y a el error en los cambios. Esta sentencia tanto vale para la eliminación del mundial pasado como para este.

Hagamos un poco de historia; contra Alemania en el 2006, la selección de Pekerman perdió por penales contra su par alemán. Mas allá de que los penales son una lotería, y la derrota duele más y Argentina hizo un buen mundial, se reprochó, en su momento, que luego del empate germano, la entrada de Lionel Messi era fundamental para fulminar con su velocidad a los centrales alemanes que mostraban un notorio cansancio. Pekerman optó por Julio Cruz, tanto para defender los embates aéreos del rival como para poder bajarle alguna pelota a Tevez, o bien, acertarle al arco de Lehman. También se criticó la actuación de Tevez, que a pesar de ser una fiera y correr a cual alemán se pasára cerca de el (hasta el vestuario si fuera necesario), no pateó nunca al arco y apenas tuvo algún desborde poco productivo.

El sábado la selección de 23 fieras de Maradona perdió "mal" contra un seleccionado alemán, que digamos en criollo, lo bailo desde el primer minuto y lo gozó durante los 15 finales. El partido con México, 6 días atrás, ya había enviado un par de alertas. Sin ningún tipo de autocrítica (mas allá de haber ganado, un grande cambia no sólo en la derrota sino aún más en la victoria), el DT elegió ningunear algunas respuestas y establecer que su equipo jugó perfecto y que el rival "NUNCA NOS COMPLICÓ".

El partido por los cuartos de final, el más peligroso que se le presentaba a Argentina, no sólo por la instancia decisiva sino también por el rival, merecía gran preparación y ocupación. Nadie negará que la selección no se preparó. Se puede dudar si, sobre todo el cuerpo técnico, máximo responsable en la previa y  también influyente durante el desarrollo, se ocupó de como enfrentar a Alemania con todas las herramientas posibles.

Argentina sufrió constantes ataques por las bandas. Los 4 goles vinieron por el sector derecho, tan flojo como el izquierdo, pero con alteración de los factores. El peor jugador sobre la derecha fue Otamendi (recordemos, que el jugador de Velez es central) y el peor sobre la izquierda fue, primero Di Maria, luego Rodriguez. No es lo mismo fallar a 15 metros del arco propio que a 30. Otamendi falló apenas empezado el partido, y Argentina se les volaron los papeles.

A los 15 minutos del primer tiempo, el inventado lateral argentino estaba amonestado y había pegado otra patada que merecía otro amarilla. Estaba desbordado, no podía parar a Podolski y encima lo usaban como salida desde el fondo. Tendría que haber salido apenas el árbitro le había regalado seguir jugando, pero el DT no se inmutó. Maradona no mostró entereza y rapidez para hacer los cambios en los momentos justos. El partido le pedía cambios desde el 0-1 en contra. No sólo de jugadores, sino posicionales (se intentó con el enroque Di Maria-Rodriguez) y tácticos.
Alemania dejaba sin marca a Heinze y Otamendi para que fueran salida. Al no ser laterales de proyección y buen pie para salir jugando, Argentina partía de una salida sucia y lenta. Tévez volvió a correr sin parar y levantar la cabeza. Bajó más de lo que atacó. Recién el segundo tiempo pateó al arco. Aunque, nuevamente (junto con Mascherano) fue de lo mejor de la selección, se confunde su rol en el equipo. Tévez en delantero, su amor por la camiseta lo hace pelear cada pelota y correr para ayudar al equipo, pero ayudaría más si se ocupara de ser incisivo en los últimos 20 metros, donde su habilidad pueda marcar diferencia.

Hace 4 años, Pekerman no llevó laterales al Mundial, Maradona llevó uno sólo y lo puso en el partido menos importante. Los dos cometieron los mismos errores que dejaron, nuevamente, a la selección nacional lejos de los primeros puestos. Maradona se equivocó en su definición como equipo, para él las individualidades son más que el todo. Todos los goles que hizo su equipo fueron de salidas de tiros libres o arrebatos personales. El último gol en Mundiales donde hubo elaboración de jugada, con paredes, cambios de frente y pases entre compañeros fue el de Cambiasso contra Serbia. Casualmente el DT era Pekerman. Quien se equivocó al renunciar de su cargo, porque para el sí, el todo es más que la suma de las partes.